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What is Diplomatics? A method for global analysis of the document. [Introduction to the disciplines that compose the auxiliary sciences of history]
Qu’est-ce que la Diplomatique? Une méthode pour l'analyse globale du document. [Introduction aux disciplines qui composent les sciences auxiliaires de l'histoire]
A continuación les ofrecemos dentro del Blog Conscriptio el tercer artículo de la serie dedicada a la definición de las diferentes disciplinas de las Ciencias y Técnicas Historiográficas, en este caso vamos a analizar la diplomática, disciplina que tiene por objeto el estudio global del documento y que por su valor a la hora de analizar esa fuente histórica, el profesor Juan Ignacio Ruiz de la Peña la ha definido como "la más venerable ciencia auxiliar" para el medievalista.
Temas a tratar:
- Definición de diplomática, el estudio de los diplomas.
- La evolución de la disciplina, del estudio de la autenticidad al análisis integral.
- Un método global para el estudio del documento diplomático.
- Bibliografía.
El vocablo diplomática deriva del término griego diploi que significa doblado y que se empleaba para definir a los documentos entregados a los soldados romanos recién licenciados, los diplomas, los cuales se entregaban doblados para meterlos en tablillas de madera. Un término que por extensión se aplicó a todo documento solemne y que fue utilizado posteriormente por Mabillon para definir a sus investigaciones sobre la autenticidad de cierta documentación como diplomática.
La Real Academia de la Lengua Española dedica la séptima acepción del término diplomática para definirla como "Estudio científico de los diplomas y otros documentos, tanto en sus carácteres internos como externos, principalmente para establecer su autenticidad o falsedad", diferenciándolo claramente del concepto de diplomacia, es decir de la ciencia que estudia las relaciones internacionales y que sólo tiene en común el hecho de que muchas decisiones de esta índole tengan que plasmarse en un documento escrito con valor jurídico como el tratado. Dos nociones diferentes que en español pueden confundirse pero que en inglés vienen definidas por dos términos diferentes: diplomatic (relaciones internacionales) y diplomatics (estudio del documento).
Sin embargo, como hemos observado en otros términos de nuestras disciplinas, la definición del diccionario se retrotrae demasiado al origen etimológico y al origen de la disciplina, resultando demasiado vaga para determinar el alcance exacto de la disciplina, su método y su evolución. Lo que vamos a realizar a continuación en los diferentes capítulos de este artículo.
La Real Academia de la Lengua Española dedica la séptima acepción del término diplomática para definirla como "Estudio científico de los diplomas y otros documentos, tanto en sus carácteres internos como externos, principalmente para establecer su autenticidad o falsedad", diferenciándolo claramente del concepto de diplomacia, es decir de la ciencia que estudia las relaciones internacionales y que sólo tiene en común el hecho de que muchas decisiones de esta índole tengan que plasmarse en un documento escrito con valor jurídico como el tratado. Dos nociones diferentes que en español pueden confundirse pero que en inglés vienen definidas por dos términos diferentes: diplomatic (relaciones internacionales) y diplomatics (estudio del documento).
Sin embargo, como hemos observado en otros términos de nuestras disciplinas, la definición del diccionario se retrotrae demasiado al origen etimológico y al origen de la disciplina, resultando demasiado vaga para determinar el alcance exacto de la disciplina, su método y su evolución. Lo que vamos a realizar a continuación en los diferentes capítulos de este artículo.
Si bien hasta el siglo XVII no se definió el término diplomática, al igual que ocurrió con otras disciplinas científicas, fue practicada con anterioridad en una etapa que los manuales definen como "prehistoria diplomática" o "antecedentes de la diplomática", por aquellos que se interesaban en el contenido histórico o jurídico de los documentos. Se atribuye al papa Inocencio III la primera sistematización de la disciplina para dictaminar la autenticidad de la documentación de la cancillería papal, ante las denuncias de falsificación de documentos. Unos falsificadores que también debían de tener conocimientos de diplomática para modificar los documentos, los numerosos cartularios son buenos ejemplos de como las diferentes diócesis europeas no dudaron en retocar su memoria documental para proteger sus intereses. Otro hito importante en esta etapa fue la critica filológica que hizo el humanista Lorenzo Valla sobre la autenticidad de la Donación de Constantino, demostrando que no pudo ser redactado en época del emperador por lo que se desmontaba la base documental sobre la que el Papado defendía su preponderancia frente al Imperio, ya que nunca existió una donación de los territorios occidentales del Imperio Romano a la Iglesia.
Pero el origen de la diplomática como ciencia se atribuye al monje benedictino francés Jean Mabillon, para dar respuesta al jesuita holandés Papenbroek, que en su estudio de la vida de los santos remite a la falsedad de los documentos franceses merovingios, parte de los cuales se custodiaban en la abadía de Saint Denis en la que residía Mabillon. Para demostrar la autenticidad de estos, establece un método objetivo que compila en los seis volúmenes de la obra "De Re Diplomatica" (1681), en donde también establece las bases de la paleografía, disciplina con fuertes vinculaciones a la diplomática ya que es una parte importante en el análisis de los carácteres externos del documentos y para la correcta lectura del contenido. Unas teorías que rapidamente se difundieron por Europa y que fueron ampliadas en el siglo XVIII por Toustain y Tassin en el "Nouveau Traité de Diplomatique" (1750-1765), poniendo las bases de la diplomática pontificia, la aplicación de la cronología y la distinción entre carácteres internos y externos. Sin embargo, la diplomática quedo vinculada a las facultades de derecho como técnica de peritaje de la autenticidad documental, algo comprensible en la época de las desamortizaciones donde se tuvo que investigar el origen de los grandes señoríos eclesiásticos. Además, el estudio se limitaba a documentación altomedieval y vinculada a grandes personajes como reyes o papas.
Los cambios acaecidos con las revoluciones liberales y el fin de los procesos desamortizadores, supusieron que los documentos anteriores perdieran todo su valor jurídico. En la segunda mitad del siglo XIX, la diplomática abandona su primer objetivo de carácter jurídico y se consolida como disciplina anexa de los estudios históricos en su pretensión de convertirse en una ciencia, en la época del positivismo y de la búsqueda de los orígenes de las naciones europeas, pudiendo ser útil también en la historia del derecho (institucionalismo) o en la filología. Lentamente se amplia el horizonte temporal y se estudian otros documentos importantes para la historia como los notariales, algo en lo que tuvo bastante culpa Luigi Schiaparelli con sus monografías sobre diplomas reales, cancillerías, notariado... En esta época comienza la especialización de la diplomática en las diferentes oficinas de expedición documental (papal, real, documentos privados...), se evoluciona en el planteamiento de la génesis documental con la separación entre la actio y la conscriptio, propuesta por Julio Ficker; aparecen nuevos tratados de diplomática que todavía resultan interesantes como el "Manuel de Diplomatique" de Giry o el "Handbuch der Urkundenlehre" de Breslau, se difunde la enseñanza de la disciplina en nuevos centros como L'École des Chartes (1823), y aparecen grandes colecciones con ediciones diplomáticas como la "Monumenta Germaniae Historica" (1819). Aunque cambiaron los fines de la disciplina diplomática, no cambió su objetivo principal de juzgar la autenticidad del documento, la detección de falsos históricos se convierte en algo básico para el hipercriticismo ligado a la corriente positivista, para así poder eliminarlos del discurso histórico, menospreciando su valor como testigos de la época en que se produjo la falsificación.
El último siglo ha sido el periodo en el que la diplomática ha ampliado su rango de acción en mayor medida, a través de un largo debate durante la primera mitad de siglo se supera la limitación a la cronología medieval de sus orígenes, aplicándose a la historia antigua y moderna, incluso se puede hablar de una diplomática contemporánea, si bien todavía sigue teniendo preponderancia la diplomática medieval por la importancia del documento jurídico como fuente para esta época histórica. Paralelamente a este proceso también se produjo una ampliación geográfica de la diplomática, ya que si el concepto medieval se circunscribe especialmente al caso europeo, la ruptura cronológica permite el nacimiento de una diplomática bizantina, griega, persa, turca, árabe, japonesa... La limitación crono-espacial era el precio que la diplomática tuvo que pagar por su carácter auxiliar, por lo que la aceptación de la ampliación significó un avance en una disciplina que cada vez es más autónoma pero que corre el riesgo de convertirse en una técnica formal y ahistórica.
Jean Mabillon (1632-1707) |
Los cambios acaecidos con las revoluciones liberales y el fin de los procesos desamortizadores, supusieron que los documentos anteriores perdieran todo su valor jurídico. En la segunda mitad del siglo XIX, la diplomática abandona su primer objetivo de carácter jurídico y se consolida como disciplina anexa de los estudios históricos en su pretensión de convertirse en una ciencia, en la época del positivismo y de la búsqueda de los orígenes de las naciones europeas, pudiendo ser útil también en la historia del derecho (institucionalismo) o en la filología. Lentamente se amplia el horizonte temporal y se estudian otros documentos importantes para la historia como los notariales, algo en lo que tuvo bastante culpa Luigi Schiaparelli con sus monografías sobre diplomas reales, cancillerías, notariado... En esta época comienza la especialización de la diplomática en las diferentes oficinas de expedición documental (papal, real, documentos privados...), se evoluciona en el planteamiento de la génesis documental con la separación entre la actio y la conscriptio, propuesta por Julio Ficker; aparecen nuevos tratados de diplomática que todavía resultan interesantes como el "Manuel de Diplomatique" de Giry o el "Handbuch der Urkundenlehre" de Breslau, se difunde la enseñanza de la disciplina en nuevos centros como L'École des Chartes (1823), y aparecen grandes colecciones con ediciones diplomáticas como la "Monumenta Germaniae Historica" (1819). Aunque cambiaron los fines de la disciplina diplomática, no cambió su objetivo principal de juzgar la autenticidad del documento, la detección de falsos históricos se convierte en algo básico para el hipercriticismo ligado a la corriente positivista, para así poder eliminarlos del discurso histórico, menospreciando su valor como testigos de la época en que se produjo la falsificación.
El último siglo ha sido el periodo en el que la diplomática ha ampliado su rango de acción en mayor medida, a través de un largo debate durante la primera mitad de siglo se supera la limitación a la cronología medieval de sus orígenes, aplicándose a la historia antigua y moderna, incluso se puede hablar de una diplomática contemporánea, si bien todavía sigue teniendo preponderancia la diplomática medieval por la importancia del documento jurídico como fuente para esta época histórica. Paralelamente a este proceso también se produjo una ampliación geográfica de la diplomática, ya que si el concepto medieval se circunscribe especialmente al caso europeo, la ruptura cronológica permite el nacimiento de una diplomática bizantina, griega, persa, turca, árabe, japonesa... La limitación crono-espacial era el precio que la diplomática tuvo que pagar por su carácter auxiliar, por lo que la aceptación de la ampliación significó un avance en una disciplina que cada vez es más autónoma pero que corre el riesgo de convertirse en una técnica formal y ahistórica.
Unos avances que facilitaron el revisionismo surgido en torno a la creación en 1968 de la Comisión Internacional de Diplomática y tenido al célebre L'École des Chartes como centro de referencia de la disciplina. Robert-Henri Bautier nos aportó una nueva definición que resume los cambios acaecidos: "La Diplomática es la ciencia que estudia la tradición, la forma y la elaboración de los documentos escritos. Su objetivo es realizar su crítica, juzgar su sinceridad, apreciar la calidad de su texto y extraer de las fórmulas todos los elementos susceptibles de ser estudiados por el historiador, datarlos y finalmente editarlos". En primer lugar observamos que no existe una ruptura con el planteamiento auxiliar y con el objetivo de verificar la autenticidad del documento, pero a la vez plantea una ruptura con los límites del análisis jurídico ya que no se estudiará el documento desde su contenido sino desde autoría y modo de emisión, por lo que la tradicional división entre documento público y privado perdió su vigencia, esto no sólo supuso la aparición de nuevas ramas dentro de lo que abordaba el documento privado (diplomática notarial, episcopal, capitular, señorial, judicial...) sino que permitió el estudio de lo que se conoce como documentación de gestión y administración. Otro avance significativo es la revalorización del valor histórico del documento falso como testigo del significado de la memoria documental en el momento en que fue interpolado. No menos importante fue la elaboración de estudios comparados, de un vocabulario internacional, y de un estandar internacional de edición diplomática.
Actualmente observamos dos tendencias dentro de la diplomática: cualitativa y cuantitativa. La perspectiva cualitativa es heredera de la proyección histórica de Fichtenau, en este sentido se pretende conocer los condicionamientos históricos de la redacción del documento, lo que supone dos peligros: su utilización partidista por parte de tendencias historiográficas como la semiótica o el materialismo histórico en su búsqueda de la función social del documento; y su desdibujamiento en cuestiones de historia de la cultura escrita. Mientras que la perspectiva cuantitativa nos permite estudiar la evolución de los diferentes tipos documentales destinados a un mismo fin a lo largo del tiempo en diferentes ámbitos geográficos, abriendo el camino a la diplomática del documento de gestión y administración. Unas tendencias que progresivamente se están adaptando a las posibilidades de la era digital con la creación de bases de datos, la utilización de lenguajes de marcado para la publicación online de ediciones, la utilización de programas de análisis textual...
Inscripción en la puerta del École Nationale des Chartes |
3.- Un método global para el estudio del documento diplomático.
La diplomática es un método de análisis global del documento diplomático (el documento jurídico-administrativo) en el que se observan diferentes aspectos desde una perspectiva multidisciplinar para obtener los datos precisos para clasificarlo (datarlo con precisión, encuadrarlo dentro de un tipo documental), analizarlo (conocer los procesos de elaboración de documentos de diferentes instituciones), criticarlo (establecer autenticidad) y presentarlo como fuente documental (establecer sus potencialidades como fuente y editar).
Los diferentes aspectos que trabaja la diplomática son cuatro: la génesis, la tradición, la estructura documental y la edición diplomática...
- En la génesis documental se estudia el proceso de elaboración del documento que depende de la institución que lo expide (cancillería papal, cancillerías regias, escribanías capitulares, escribanías municipales...), separándolo en dos momentos sucesivos: la actio y la conscriptio.
- La actio corresponde a la formulación del acto jurídico a registrar y comprende diferentes fases (petitio, intercessio, interventio...).
- La conscriptio remite a la fase de realización gráfica del documento, un proceso con diferentes etapas (iussio/rogatio, imbreviatio, ingrossatio, recognitio, registratio, validatio, taxatio...).
- En la tradición se centra la atención en la trasmisión del contenido documental desde la creación del original, estableciendo el grado de acercamiento al original del documento estudiado (original, copia, cartulario, registro, falso diplomático...) y su evolución histórico-archivística.
- En la estructura documental se pretende realizar un análisis sistemático de todos los elementos que constituyen el documento, dividiéndolos en dos grandes grupos: carácteres extrínsecos y carácteres intrínsecos.
- Los carácteres extrínsecos son aquellos elementos que conforman la apariencia material o externa del documento. En este sentido, la diplomática tiene fuertes vinculos con la codicología para el análisis de los soportes y de las tintas, con la paleografía para el estudio de la escritura y los signos especiales, y con la filología para observar el lenguaje utilizado.
- Los carácteres intrínsecos remiten al contenido informativo del documento, es decir al texto. Un contenido de carácter formulario que generalmente está conformado por una serie de elementos: invocación, notificación, intitulación, directio, salutatio, adpredicación, expositivo, dispositivo, cláusulas, data, y validación... (los cuales se pueden dividir en tres grandes grupos: protocolo, cuerpo y escatolo). En este análisis se utilizan conocimientos sobre historia del derecho, cronología, sigilografía...
- La edición diplomática es el colofón al trabajo del diplomátista, consiste en una transcripción del documento que facilite su uso al historiador, a diferencia de la edición filológica que resalta las abreviatura y los cambios de linea, la edición diplomática omite unos detalles que no considera interesantes (e incluso pueden estorbar) para que los historiadores la utilizan como fuente. Además a la transcipción se añade un aparato critico que consiste en la data crónica y tópica del documento de acuerdo a los estandares actuales (se transforma la fecha y se moderniza el topónimo), un breve regesto del contenido del documento y las líneas de tradición: en la primera se señala el grado de transmisión (A= original, B= copia, R= Registro...) y el soporte material, en la segunda la ubicación archivística, y en las siguientes, las sucesivas ediciones o regestos. Si bien cada escuela de diplomática tiene sus propias normas, actualmente existen unas normas de consenso internacional que han sido establecidas por la Comisión Internacional de diplomática.
- CÁRCEL ORTÍ, María Milagros (ed.) - COMMISSION INTERNATIONALE DE DIPLOMATIQUE, Vocabulaire International de la Diplomatique, Universitat de València, Valencia, 1997 (2ªEd.). [Ver recensión en Conscriptio].
- COMISSION INTERNACIONALE DE DIPLOMATIQUE, “Normes internationales pour l’edition des documents médievaux”, Folia Caesaragustana, 1, 1984, pp. 15-64.
- GUYOTJEANNIN, Olivier, "The Expansion of Diplomatics as a discipline", American Archivist, 59, 1996, pp. 414-421.
- GUYOTJEANNIN, Olivier, PYCKE, Jacques, TOCK, Benoît-Michel, Diplomatique Médiévale, Turnhout, 1993.
- MARÍN MARTÍNEZ, Tomás, "Nociones fundamentales. Desarrollo e historia de la diplomática", en MARÍN MARTÍNEZ, Tomás, Paleografía y Diplomática (Vol. 1), U.N.E.D., Madrid, 1991, pp. 139-153.
- RUIZ ASENCIO, José Manuel, "Los orígenes de la diplomática y la paleografía como ciencias: Mabillon y el Noveau Traité", en MARSILLA DE PASCUAL, Francisco Reyes (coord.), Actas de las III Jornadas de la Sociedad Española de Ciencias y Técnicas Historiográficas - Diplomática antigua, diplomática moderna, Universidad de Murcia, Murcia, 2005, pp. 15-33.
- SANZ FUENTES, María Josefa, "Diplomática actual: cuestiones de método", en MARSILLA DE PASCUAL, Francisco Reyes (coord.), Actas de las III Jornadas de la Sociedad Española de Ciencias y Técnicas Historiográficas - Diplomática antigua, diplomática moderna, Universidad de Murcia, Murcia, 2005, pp. 35-44.